21 de abril de 2016

Recuerdan a Jaime García Terrés en la Biblioteca de México


La labor del ensayista, poeta y editor Jaime García Terrés (Ciudad de México, 24 de mayo, 1924–Íbid, 29 de abril, 1996) en instituciones como Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Biblioteca de México, es considerada de las mejores.
Fotos: Comunicación Social Sría. Cultura
A 20 años de su fallecimiento, los escritores Juan Villoro, Rafael Vargas, Jaime Moreno Villarreal y el diseñador Germán Montalvo, colaboradores cercanos a García Terrés, recordaron las charlas y conversaciones que sostuvieron con quien fungió como director de la Biblioteca de México y su revista.
En el acto, realizado en el Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado del recinto de La Ciudadela, el escritor Juan Villoro aseguró que García Terrés fue un extraordinario titulador de libros y un poeta de los reinos combatientes, en cuya trayectoria y proyectos tuvo el afán de hacer que la voz circulara.
“Los 10 años que estuvo al frente de la Revista de la Universidad de México, a cargo de Difusión de la UNAM, de acuerdo con Carlos Monsiváis, fue después de José Vasconcelos el gran momento de la cultura mexicana. […] Si algo caracterizaba la inteligencia de García Terrés era tener una muy variada dilucidad por los temas más diversos y en ocasiones inesperados”, indicó Villoro.
Añadió que fue un “esplendido” editor de libros en el FCE y el custodio de la Biblioteca de México, todo con el afán de hacer circular ideas propias, pero también ajenas. “La autografía de un editor es su catálogo, los autores que publica, se necesita una especial generosidad para estar atendiendo al talento de los otros y buscar talentos, para darle espacio a escritores jóvenes”, expuso el actual miembro de El Colegio Nacional.
Recordó que en el FCE el autor de Reloj de Atenas (1977) dio la oportunidad a gente muy joven de trabajar y probar ahí sus primeras armas, como a David Huerta, Daniel Goldin y Christopher Domínguez Michael. Agregó que el poeta dejó constancia de su interés por la poesía helénica y que siempre estuvo atento a la discusión en la arena pública.
“Jaime García Terrés leía revistas en sus diferentes idiomas, sabía de todo, chismes cinematográficos, del mundo literario. Las conversaciones con él fueron una universidad, una educación”. Asimismo, Juan Villoro destacó la generosidad del reconocido editor por incorporar las voces de los demás.
En tanto, Jaime Moreno describió a Jaime García Terrés como afable y emotivo en el trabajo, que más que un maestro fue un “cofrade”. “Buscaba abrir puertas y excusas para hacer llegar la cultura a la población en general. Lo que hizo de diferentes maneras”, manifestó.
El poeta Rafael Vargas describió las charlas presididas por Jaime García Terrés como encantadoras, en las cuales se hablaba de sal y pimienta y de todo un poco.
“Don Jaime era un hombre con una vocación enorme, de crear colectividades culturales, de hacernos partícipes de conversaciones distintas. Creo que tuvimos la suerte de ser participes de su conversación, de su magisterio. Él es el mejor editor de publicaciones literarias que ha habido en México, y así se lo dijo Juan García Ponce”, señaló.
Muestra bibliográfica
En el Patio de los Escritores de la Biblioteca de México se exhibe una pequeña muestra bibliográfica dedicada a Jaime García Terrés; en vitrinas se distribuyeron más de 50 obras, entre textos originales del archivo, libros, traducciones, catálogos, CD’s, revistas, entre otros formatos, además de 13 fotografías, un collage y un poema en su texto original.
En las fotografías se puede apreciar al promotor cultural en diferentes etapas, leyendo discursos y acompañado de reconocidas figuras, como Carlos Monsiváis y Gabriel García Márquez.
En el texto escrito para esta pequeña muestra, Rafael Vargas dice: “Se recuerda a Jaime García Terrés como uno de los más distinguidos difusores de la cultura que hayan laborado en el sector público mexicano en el siglo XX”.

Fuente: Comunicado de la Secretaría de Cultura


7 de abril de 2016

El árbol habla. Octavio Paz para niños.

El volumen y exposición El árbol habla. Octavio Paz para niños de manera accesible acerca a los infantes a la poesía y al mundo poético del Premio Nobel de Literatura mexicano.
En la Biblioteca de México los escritores Felipe Garrido, Carmen Leñero y Susana Ríos, coordinadora del Programa Nacional de Desarrollo Infantil-Alas y Raíces, presentaron esta publicación, la número siete de la serie Poesía para niños.


La colección que ha contado con la participación creativa de niños y niñas está compuesta por los títulos Brochazo de sol. Pellicer para niños; Al téquerreteque. Sabines para niños; Alma mía de cocodrilo. Efraín Huerta para niños; En los cabellos del árbol. Elías Nandino para niños; Que me bautice el viento. Enriqueta Ochoa para niños, y Paraíso de compotas. López Velarde para niños, tiene por objetivo acercar a los pequeños a los reconocidos poetas mexicanos.

Como en los anteriores volúmenes, para la publicación El árbol habla. Octavio Paz para niños participaron infantes del lugar de nacimiento del poeta, siendo en el caso del autor de El laberinto de la soledad el barrio de Mixcoac.

La coedición de Alas y Raíces, con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, reúne una selección de versos de la obra del poeta, realizada por la investigadora Carmen Leñero, dichos fragmentos fueron el punto de partida de un taller de artes plásticas organizado por Alas y Raíces en 2015, los cuales dieron como resultado las ilustraciones del libro, realizadas por alumnos de la Escuela Primaria Independencia.

Carmen hizo la selección de fragmentos de poemas que ella consideró podrían ser atractivos para los niños y escribió para la publicación la Introducción; por su parte Felipe Garrido nos presenta una semblanza del poeta para acercarlo más a los niños, con el fin de que se den cuenta de que el autor de El laberinto de la soledad fue niño, se trepó a los árboles y tuvo ideas brillantes que se convirtieron en poemas, expuso en entrevista Dolores González-Casanova, coordinadora editorial.

Por su parte, Susana Ríos indicó que la obra fue conocida por la viuda de Octavio Paz, Marie Jo Paz, a quien le encantó. “Dijo que los niños son unos artistas y la obra fue hecha con mucho cariño”.

Mientras que Felipe Garrido invitó a los infantes a que más que leerlo, jueguen con él. “Hay muchos juegos escondidos, se puede jugar con las palabras, las imágenes, hacer otros dibujos, para en su manera de ver conozcan o identifiquen lo que quiso decir Octavio Paz en sus poemas”, expuso.
En tanto, Carmen Leñero mencionó que ella de niña descubrió que no es lo mismo las palabras para decir cosas que para decir poesía. “En la poesía no usamos las palabras para describir o informar, las empleamos para hacer magia.

Fotos: Juan Toledo-DGB
"La poesía tiene algo que no tienen ni los cuentos ni las lecciones de la escuela ni la historia ni la ciencia, sino que está generando un punto de emociones, sentimientos e imágenes, cosas que vemos", dijo Leñero, quien cantó a los pequeños de la primaria Independencia un par de versos de la obra de Octavio Paz.
A la presentación editorial asistieron los 27 niños y niñas que realizaron las ilustraciones que componen la obra, quienes colaboraron bajo la coordinación del pintor y tallerista en artes plásticas Roberto Martínez.
Estas imágenes realizadas por los niños y versos de la obra de Octavio Paz integran la exposición homónima al libro, la cual albergará el recinto ubicado en Plaza de La Ciudadela hasta el 8 de mayo próximo.
El montaje está integrado por 36 ilustraciones originales del libro, mismas que están acompañadas por fragmentos de poemas y dos árboles, uno parlante, el cual emite poemas y otro en cuyas hojas los visitantes pueden escribir pensamientos, ideas o poemas.
“Los invitamos a que vengan al vestíbulo norte de la Biblioteca de México a ver la exposición donde se verá que los niños están en sintonía con el poeta y que han pasmado pinturas estupendas, las imágenes que la poesía de Octavio Paz provocó en ellos”, puntualizó Susana Ríos.


Participación Infantil
Previo a la presentación del libro y apertura de la exposición El árbol habla. Octavio Paz para niños, 90 pequeños, entre ellos los ilustradores del libro, participaron en tres foros: Reporteros gráficos, Expresión corporal y Reinterpretación de imágenes.
“En la Coordinación solicitaron se organizaran foros para dinamizar el material editorial que generamos en Alas y Raíces. Se nos ocurrió que los niños ilustradores podían compartir a otros niños su experiencia de dibujar y llegar a Octavio Paz a través de él.
“Ellos guiaron y fueron los mediadores, fue así que se interpretaron poemas de Paz a través de movimientos corporales, se jugó al teléfono descompuesto, a la papa caliente; lo principal es contar con un espacio y tiempo donde los niños puedan estar, conversar y construir conocimiento en colectivo”, expuso Erandi Almazán, coordinadora del Programa de Participación Infantil de Alas y Raíces.
La exposición El árbol habla. Octavio Paz para niños, estará hasta el 8 de mayo en la Biblioteca de México, en el vestíbulo norte de la Biblioteca de México, ubicada en Plaza de la Ciudadela, Tolsá No. 4, Centro Histórico.
La publicación, de la cual se imprimieron tres mil ejemplares y se espera este año cuente con su versión digital, puede adquirirse en la Red de Librerías Educal.






Fuente: Comunicado No. 657/2016, Secretaría de Cultura.