El volumen y exposición El árbol habla. Octavio Paz para
niños de manera accesible acerca a los infantes a la poesía y al mundo poético
del Premio Nobel de Literatura mexicano.
En la Biblioteca de México los escritores Felipe Garrido,
Carmen Leñero y Susana Ríos, coordinadora del Programa Nacional de Desarrollo
Infantil-Alas y Raíces, presentaron esta publicación, la número siete de la
serie Poesía para niños.
La colección que ha contado con la participación creativa de
niños y niñas está compuesta por los títulos Brochazo de sol. Pellicer para
niños; Al téquerreteque. Sabines para niños; Alma mía de cocodrilo. Efraín
Huerta para niños; En los cabellos del árbol. Elías Nandino para niños; Que me
bautice el viento. Enriqueta Ochoa para niños, y Paraíso de compotas. López
Velarde para niños, tiene por objetivo acercar a los pequeños a los reconocidos
poetas mexicanos.
Como en los anteriores volúmenes, para la publicación El
árbol habla. Octavio Paz para niños participaron infantes del lugar de
nacimiento del poeta, siendo en el caso del autor de El laberinto de la soledad
el barrio de Mixcoac.
La coedición de Alas y Raíces, con la Secretaría de Cultura
de la Ciudad de México, reúne una selección de versos de la obra del poeta,
realizada por la investigadora Carmen Leñero, dichos fragmentos fueron el punto
de partida de un taller de artes plásticas organizado por Alas y Raíces en
2015, los cuales dieron como resultado las ilustraciones del libro, realizadas
por alumnos de la Escuela Primaria Independencia.
Carmen hizo la selección de fragmentos de poemas que ella
consideró podrían ser atractivos para los niños y escribió para la publicación
la Introducción; por su parte Felipe Garrido nos presenta una semblanza del
poeta para acercarlo más a los niños, con el fin de que se den cuenta de que el
autor de El laberinto de la soledad fue niño, se trepó a los árboles y tuvo
ideas brillantes que se convirtieron en poemas, expuso en entrevista Dolores
González-Casanova, coordinadora editorial.
Por su parte, Susana Ríos indicó que la obra fue conocida
por la viuda de Octavio Paz, Marie Jo Paz, a quien le encantó. “Dijo que los
niños son unos artistas y la obra fue hecha con mucho cariño”.
Mientras que Felipe Garrido invitó a los infantes a que más
que leerlo, jueguen con él. “Hay muchos juegos escondidos, se puede jugar con
las palabras, las imágenes, hacer otros dibujos, para en su manera de ver
conozcan o identifiquen lo que quiso decir Octavio Paz en sus poemas”, expuso.
En tanto, Carmen Leñero mencionó que ella de niña descubrió
que no es lo mismo las palabras para decir cosas que para decir poesía. “En la
poesía no usamos las palabras para describir o informar, las empleamos para
hacer magia.
Fotos: Juan Toledo-DGB |
A la presentación editorial asistieron los 27 niños y niñas
que realizaron las ilustraciones que componen la obra, quienes colaboraron bajo
la coordinación del pintor y tallerista en artes plásticas Roberto Martínez.
Estas imágenes realizadas por los niños y versos de la obra
de Octavio Paz integran la exposición homónima al libro, la cual albergará el
recinto ubicado en Plaza de La Ciudadela hasta el 8 de mayo próximo.
El montaje está integrado por 36 ilustraciones originales
del libro, mismas que están acompañadas por fragmentos de poemas y dos árboles,
uno parlante, el cual emite poemas y otro en cuyas hojas los visitantes pueden
escribir pensamientos, ideas o poemas.
“Los invitamos a que vengan al vestíbulo norte de la
Biblioteca de México a ver la exposición donde se verá que los niños están en
sintonía con el poeta y que han pasmado pinturas estupendas, las imágenes que
la poesía de Octavio Paz provocó en ellos”, puntualizó Susana Ríos.
Previo a la presentación del libro y apertura de la
exposición El árbol habla. Octavio Paz para niños, 90 pequeños, entre ellos los
ilustradores del libro, participaron en tres foros: Reporteros gráficos, Expresión
corporal y Reinterpretación de imágenes.
“En la Coordinación solicitaron se organizaran foros para
dinamizar el material editorial que generamos en Alas y Raíces. Se nos ocurrió
que los niños ilustradores podían compartir a otros niños su experiencia de
dibujar y llegar a Octavio Paz a través de él.
“Ellos guiaron y fueron los mediadores, fue así que se
interpretaron poemas de Paz a través de movimientos corporales, se jugó al
teléfono descompuesto, a la papa caliente; lo principal es contar con un espacio
y tiempo donde los niños puedan estar, conversar y construir conocimiento en
colectivo”, expuso Erandi Almazán, coordinadora del Programa de Participación
Infantil de Alas y Raíces.
La exposición El árbol habla. Octavio Paz para niños, estará
hasta el 8 de mayo en la Biblioteca de México, en el vestíbulo norte de la
Biblioteca de México, ubicada en Plaza de la Ciudadela, Tolsá No. 4, Centro
Histórico.
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